Carol "My Playlist"

6 jun 2010

LET IT GO

Hay cosas que deseamos y que a veces no entendemos por qué pasan ó por qué no pasan.

Cosas que sólo llegas a entender por qué fueron así.

Cuando miras al pasado y en él encuentras las piezas de ese rompecabezas que hasta ahora en tu presente, estás logrando armar.

Todos los procesos por muy largos o muy cortos, llegan a su fin.

Procesos en los que a veces llegas hasta lo más oscuro y profundo. Procesos que te hacen dudar de tus convicciones. Procesos que duelen. Procesos que crees que nunca terminan.

Procesos que te hacen encerrarte en ti mismo hasta perder la llave. Procesos en los que no sabes de donde te salen tantas lágrimas.

Pero al final, todos son procesos que curan, que alivian y que hacen renacer.

Uno cree haber superado cosas, pero llega un día en el que te enfrentas con la verdadera prueba.

El día del examen final para el que tanto estudiaste, para el que tanto ensayaste, para el que hasta simulacros hiciste en caso de una contingencia.

Y te das cuenta que te la pasaste estudiando toda la teoría y de la práctica te olvidaste.

A mí me llegó el momento de hablarnos. De dejar el pasado atrás y de hablar como dos personas que algún día se amaron.

Afortunadamente tuvimos varias horas y nos dijimos todo lo que no nos habíamos dicho en tantos meses.

Y lo que no nos dijimos en ese momento fue porque se nos olvidó.

Nos dijimos todo lo que nos dolió, hablamos únicamente del tiempo en que nos dejamos.

Hablamos cada quién de sus procesos y escuché las cosas que tanto soñé escuchar.

Pero mientras más escuchaba más feliz me hacían sus palabras porque al escucharlas iba descubriendo que a ese hombre que me hablaba tan hermoso, ya lo había dejado de amar hasta los huesos.

Y que al contrario de lo que yo pensaba, SI me quedó el cariño que queda cuando un amor tan grande se muere.

Y aunque por un lado había felicidad, por el otro había la nostalgia de dos personas que se amaron pero que no terminaron juntas.









Aún no sé si podamos ser amigos, pero sé que todas esas páginas que arranqué del libro que fue nuestra historia, él las recogió para escribir el mejor de los finales.

Soy más feliz porque cada día de este proceso, cuando creía que era al revés, estuve más lejos del odio y más cerca del amor.

Y me recordé a mi misma algo que ya sabía: que siempre hay que decidir ser felices

Hoy me siento preparada para el nuevo amor (claro, sí es que algún día llega).

Hoy dejé atrás los miedos, los rencores, el odio, la desilusión.

Estoy lista para creer de nuevo.

Porque tanto él como yo nos quedamos sólo con la cajita de los momentos felices y con ella podremos sembrar nuevos árboles en donde queramos.

No importa si estos árboles nuevos también llegan a deshojarse.