Amores y tragedias conjugadas hicieron que se conocieran cuando ella tenía 9 años y él, 16.
Empezó su historia, su relación de primos. Primos elegidos, primos del corazón.
Siempre los unió algo muy fuerte que nunca pudieron explicarse.
Pero esa elección cambiaría para siempre el resto de su vida.
Ella siempre lo admiró, por su ansía de conocimientos y por gustos compartidos.
Por más que él fuera más grande, la pureza y transparencia de sus ojos azules transportaban a estas dos almas viejas en una dimensión del más allá. Dimensión dónde sólo coexistían los dos.
Se separaron y volvieron a encontrar contadas ocasiones durante 9 años. El tiempo pasó, ambos crecieron.
Los sentimientos fueron cambiando, y la magia que comenzó con un beso en Año Nuevo, terminó de sellarse con la fusión de sus cuerpos en las Pascuas siguientes.
Hubo días buenos, también días malos.
Deseo, lujuria, pasión, miedo, etc. Infinidad de sentimientos se conjugaban en sus encuentros. La naturalidad y la suavidad con que recorrían sus cuerpos, es un digno reflejo de que eran almas predestinadas a estar juntas.
Distanciamientos que terminaban en encuentros cada vez más y más cercanos. Distancias que se hacían eternas y de tiempos incontables.
En medio de una de esas crueles distancias, él tomó su camino y dejó a la novata sumida en la duda. Formó su familia, pero los momentos vividos con ella nunca se iban de su mente.
La deseaba y quería poseerla, pero había una barrera muy grande que ella imponía. Era el dolor en su pecho que no la dejaba recibirlo nuevamente en sus brazos.
Odio, lástima, amor eran nuevas sensaciones que ella experimentaba pero no podía evitar amarlo y quedarse sin respiración cada vez que oía su voz, o que él la tomaba entre sus brazos.
Eso la hizo más fuerte, tanto que la convirtió en el refugio para su amante. En el hogar cálido que él siempre quiso.
Idas y vueltas constantes, sólo con un objetivo: despejar las dudas de ella y dejarla en una lucha interna del "ser" y el "deber ser". Esa lucha la persigue constantemente.
Sabe que Él la ama, ella también lo ama.
Pero se resiste a dejarse llevar de nuevo, aunque su gran anhelo sea vivir con él y amarlo el resto de su vida caminando por el sendero del bosque que él siempre le había hablado.
